¡Bingo para China!

Es una guerra entre la socialdemocracia y el poder del narcoterrorismo, construida artificialmente por el imperialismo en aras de la colonización de América Latina.

Lula volvió a lo esencial: defender la unidad latinoamericana; es la fuerza necesaria para derrotar al imperialismo y tirar a la basura el aumento arancelario.

Moralmente, Lula llega a la reunión con Trump con la cabeza en alto.

Con Guilherme Boulos a su lado, Lula busca renovar la izquierda y fortalecer su base popular para la carrera presidencial de 2026.

Izquierda y derecha, interdependientes, bajo el capitalismo neoliberal, dominado por la financiarización especulativa y antidesarrollista, tienen sus roles invertidos.

Brasil está entre las preocupaciones de Estados Unidos y China, a las que ahora se suma India, esencialmente por la geopolítica demográfica.

El utilitarismo ideológico entra en crisis

La insistencia en el límite neoliberal del gasto coloca a Brasil en una encrucijada fiscal, donde abordar la desigualdad depende de decisiones impopulares.

Para Trump, en relación a Brasil, es más ventajoso estar del lado de la izquierda moderada lulaista que de la derecha radical bolsonarista.

El pragmatismo trumpista es reconocer lo obvio: la fuerza política y electoral de Lula