La política de la bala y el mal gobierno del miedo.
El gobernador de Río de Janeiro prefirió el espectáculo de la fuerza a la responsabilidad del poder.
La masacre más reciente en Río de Janeiro, orquestada por la administración de Cláudio Castro, se suma a muchas otras como las ocurridas en Acari, Candelária, Jacarezinho, Vila Cruzeiro y Bangu, en una ola de sangre y lágrimas que se extiende por la "Ciudad Maravillosa".
La seguridad pública no se limita al sonido de las sirenas, los helicópteros sobrevolando las favelas ni las estadísticas de muertos y heridos. La Operación Contención no fue el resultado de una política de seguridad pública bien planificada, sino de un enfrentamiento desastroso y sangriento que se cobró la vida de delincuentes, inocentes y policías.
El gobernador prefirió el espectáculo de la fuerza a la responsabilidad del poder. Al final, la operación sirvió para impulsar su popularidad, que se encontraba en caída libre.
El día de la tragedia, el gobernador Cláudio Castro acusó rápidamente al gobierno de Lula de no haber contribuido a la lucha contra la delincuencia en Río de Janeiro. Sin embargo, la información oficial lo contradijo de inmediato. El gobierno federal transfirió aproximadamente 42,365 millones de reales al gobierno de Río de Janeiro en 2024, destinados a la seguridad pública, al reequipamiento y la capacitación de la Policía Civil y Militar, el Cuerpo de Bomberos y la Guardia Municipal; a la inversión en sistemas de información, inteligencia e investigación; y a la modernización de la policía técnica y científica.
Además de la transferencia directa de recursos, el gobierno de Lula donó equipos como vehículos, drones, chalecos y computadoras valorados en aproximadamente R$ 10 millones, y mantiene el costo de la presencia continua de la Fuerza Nacional de Seguridad Pública (FNSP) desde 2023, así como de la Policía Federal (PF) y la Policía Federal de Carreteras (PRF) en el estado.
Entre enero de 2023 y octubre de 2025, la Policía Federal de Carreteras (PRF) recuperó 3.082 vehículos, decomisó 244 armas pesadas y más de R$ 3,2 millones de origen ilícito. Para combatir la descapitalización del crimen organizado, se creó el Comité de Inteligencia Financiera y Recuperación de Activos (CIFRA), el cual analizó informes del Consejo de Control de Actividades Financieras (COAF) relacionados con transacciones sospechosas por un valor superior a R$ 65 millones, con el objetivo de descapitalizar a las facciones criminales.
Datos del Fondo Nacional de Seguridad Pública (FNSP) muestran que, desde 2019, el gobierno del estado de Río de Janeiro solo ha utilizado 157 millones de reales de los 331 millones disponibles. Esto evidencia la falta de planificación en el uso de los recursos transferidos por el gobierno federal al estado de Río de Janeiro para inversiones en seguridad pública y la ineficiencia de la administración de Cláudio Castro.
El mismo día de la desastrosa Operación Contención, el Ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski, junto con el Director General de la Policía Federal, Andrei RodriguessEl director de la Policía Federal de Carreteras, Antônio Fernando Souza Oliveira, se reunió con el gobernador Cláudio Castro y su equipo, ofreciéndoles de inmediato asistencia para combatir a las facciones criminales con los recursos de los organismos de seguridad del gobierno federal.
En la reunión, el ministro Lewandowski propuso la creación de una Oficina de Emergencia para Combatir el Crimen Organizado, con el objetivo de agilizar la comunicación e integrar las fuerzas de seguridad federales y estatales.
En abril de este año, el presidente Lula presentó al Congreso Nacional la Enmienda de Seguridad Pública, que propone la integración de las fuerzas policiales en el Sistema Unificado de Seguridad Pública (SUSP), el intercambio de información por parte del sector de inteligencia de las fuerzas policiales, la constitucionalización del Fondo Nacional de Seguridad Pública y del Fondo Penitenciario, para la financiación de acciones policiales integradas, preservando al mismo tiempo la autonomía de los estados y municipios.
El Proyecto de Ley Antigangas, también presentado al Congreso Nacional por el presidente Lula, constituye otra contribución a la lucha contra el crimen organizado. Endurece las penas para los miembros de organizaciones criminales, con la clasificación de "Organización Criminal Calificada", con el objetivo de enfrentar a las pandillas y milicias que avanzan en el control de territorios y la infiltración del sector público.
La autonomía de los estados y municipios es relativa. Estas entidades federativas tienen reservadas las funciones ejecutivas en materia de políticas públicas; la Unión tiene la prerrogativa de legislar en materia penal. El artículo 144 de la Constitución Federal establece que la seguridad pública es responsabilidad del Estado y de todos, con el fin de garantizar el orden público y la seguridad de las personas y los bienes, a través de organismos como la Policía Federal, la Policía Civil, la Policía Militar y los Cuerpos de Bomberos Militares.
En asuntos que competen constitucionalmente a la Unión, el presidente Lula cumple con sus deberes proponiendo nuevos marcos legales y brindando apoyo logístico, financiero y humano a las entidades federadas en la lucha contra el crimen organizado. Con espíritu cívico y colaborativo, el gobierno de Lula siempre ha dialogado con gobernadores y alcaldes de manera democrática y federal, sin discriminación política ni partidista.
*Este es un artículo de opinión, responsabilidad del autor, y no refleja la opinión de Brasil 247.



