Brasil intensifica el diálogo con China para contener la crisis mundial de semiconductores.
El gobierno brasileño se moviliza después de que el conflicto entre China y los Países Bajos amenazara la producción nacional de automóviles.
247 - El vicepresidente y ministro de Desarrollo, Geraldo Alckmin, se reunió el martes pasado (28) con representantes del sector automotriz, de autopartes y de trabajadores para analizar la escalada de la crisis mundial de semiconductores. La información fue confirmada por reuniones convocadas por el ministerio.
La crisis se originó a raíz de la decisión del gobierno neerlandés de tomar el control del fabricante Nexperia, propiedad del grupo chino Wingtech. Esta medida llevó a Pekín a suspender las exportaciones de chips esenciales para vehículos, afectando directamente al mercado global y poniendo en peligro la cadena de producción brasileña.
El gobierno brasileño cree que, sin una solución rápida, las automotrices que operan en el país podrían verse obligadas a detener sus líneas de producción en las próximas semanas. El embajador chino en Brasil se ha comprometido a plantear el asunto a las autoridades de Pekín, mientras que se espera que el embajador brasileño en China active la Comisión de Alto Nivel Sino-Brasileña para la Coordinación y la Cooperación (COSBAN) con el fin de abrir un canal diplomático para la negociación.
Lo que está en riesgo
La crisis afecta a varios países, pero el impacto en Brasil es particularmente grave, ya que el sector automotriz es uno de los pilares fundamentales de la industria nacional. Anfavea (Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores) advierte que un automóvil moderno puede contener entre 1.000 y 3.000 chips, y que la falta de estos componentes podría comprometer seriamente la producción y los empleos directos e indirectos vinculados a las automotrices.


